Iván M. Prado Rodríguez.

La Magnolia china.

Entrados ya en el mes por excelencia de la primavera aprovecharemos para hacer una mención especial a una de las floraciones más espectaculares y llamativas que podemos observar en este mes de abril, la que produce la Magnolia china o Magnolia caduca.

Es una planta que simboliza la delicadeza y la belleza femenina en la cultura oriental; en la antigua China, la planta era propiedad exclusiva del Emperador y si la obsequiaba a uno de sus súbditos era un gesto muy significativo.

Se trata de un híbrido entre la Magnolia denudata y la Magnolia liliiflora, obtenida por primera vez en Francia; existen varias variedades que suelen diferenciarse por el color o formas de sus flores, como por ejemplo, la variedad ‘Alba’ con flores de color blanco puro, la variedad ‘Norbertiana’ de grandes flores blancas y un atractivo follaje púrpura o la variedad “Speciosa” de flores más pequeñas y duraderas que el resto de variedades y de color blanco interiormente y rosado-purpúreo en el exterior.

Es un arbusto o árbol de talla pequeña que puede llegar a alcanzar los 6-7 metros de altura. Su crecimiento es lento e incluso puede llegar a no florecer durante sus primeros años, eso sí, la espera merece la pena.

Sus hojas son caducas, de forma elíptica y ancha que miden unos 15cm de longitud. Su floración es temprana (finales del invierno – inicios de primavera), destacan sus grandes flores, en forma de tulipán y muy aromáticas, flores blanquecinas con tonalidades rosadas y púrpuras (según la variedad), con tonos variables hacia la base de sus tépalos; como curiosidad podría decirse que su floración aparece antes que la brotación de las hojas, esto supone que las flores quedan expuestas al efecto de las heladas al no poder estar al abrigo del follaje.

Su uso más extendido es como ejemplar aislado o en pequeñas agrupaciones en parques y jardines, es un ejemplar con una enorme carga ornamental al comienzo de la primavera. De todas formas, también es conocido desde la Antigüedad sus interesantes aplicaciones terapéuticas, en la Edad Media se recurría a la infusión de sus hojas y flores para aliviar molestias digestivas y para curar la gota; las infusiones de corteza y flores permiten mejorar los problemas cardiovasculares o incluso puede ser utilizado como diurético.

Necesita riego regular y por lo general, más abundante a lo largo del verano. El terreno donde vaya a ser ubicado debe de ser ligero, capaz de retener algo de humedad y ligeramente ácido. Presenta una buena resistencia al frío y no tolera demasiado bien el viento por lo que debemos de ubicarla en una zona más o menos resguardada del viento.

No debe de ser podado, solamente se ha de eliminar aquellas ramas que estén secas o muertas o mal formadas al final de la floración ya que en cuanto pierde sus hojas aparecerán los capullos en los extremos de las ramas, éstos tardan todo el invierno en desarrollarse, cubiertos por una piel vellosa hasta llegar a los 2 cm de longitud en el momento de romper el capullo.

Son propensas a las enfermedades fúngicas por lo que podemos realizar tratamientos preventivos para evitar este tipo de problemas.