Iván M. Prado Rodríguez

El mantenimiento del estanque.

El estanque, al igual que el resto del jardín, precisa de un mantenimiento regular tanto en verano como en invierno. Un mantenimiento adecuado permite mejorar la estética general del jardín y puede evitar, con un mínimo de dedicación, la necesidad de reparaciones.

Un correcto mantenimiento nos mantiene al tanto sobre la calidad del agua y nos alerta si algún componente falta o se encuentra en exceso. Como norma general, un agua transparente y reflectante es un buen indicativo de que nuestro estanque está bien oxigenado y en condiciones excelentes.

Las influencias del medio que rodea al estaque, como el tiempo atmosférico y la vegetación, hacen que numerosos parámetros estén sometidos a oscilaciones naturales. Entre ellos podemos citar el contenido de nutrientes, la temperatura, así como la abundancia y especies de los seres vivos que residen en él. En términos generales, la temperatura del agua se mantiene habitualmente en un rango de entre 15-25 ºC, y los valores de pH entre 6 y 8.

En esta época en la que las hojas de los árboles lo cubren todo, es imprescindible mantener el estanque libre de ellas, dado que suponen una entrada excesiva de nutrientes en el sistema. Por esta razón deberíamos retirarlas siempre que las veamos en la superficie del mismo. El uso de dispositivos de acción mecánica como las redes, mangas y skimmers permiten retirar las hojas y otras sustancias de nutrición para las algas, arrastrándolas fuera del sistema ecológico del estanque antes de que se vea afectado. Un diseño adecuado del entorno circundante también es una gran ayuda en este sentido.

A medida que las temperaturas descienden, y siempre que nuestro estanque no sea muy grande, una buena opción para tenerlo caliente en invierno es cubrirlo. Si nos decantamos por esta opción, debemos dejar algún orificio en la superficie para facilitar el intercambio de gases entre el agua y la atmósfera. Otro método para calentar el estanque es el uso de calentadores de estanques. Estos prácticos aparatos flotantes consiguen aumentar algunos grados el agua superficial del estanque, lo que evita que se congele.

En estanques de gran tamaño, lo mejor es dejar que el hielo se forme en la superficie, pero evitar que la cubra totalmente. Por ello, tendremos cuidado de realizar algún orificio para el intercambio de gases. Situar garrafas de agua vacías en la superficie del estanque, evita que se congele toda la superficie y nos ahorrará el trabajo.

En verano, cuando las temperaturas son muy elevadas, se produce una pérdida de líquido por evaporación, por lo que puede resultar conveniente agregar agua. En este caso, tendremos cuidado de no agregar más de un tercio del volumen total para no alterar rápidamente las condiciones del agua.

Las plantas se deberán mantener de forma ordenada, intentado evitar que unas ocupen el espacio de otras. Esto, que a simple vista parece una tarea sencilla, no lo suele ser tanto. Un buen sistema para conseguirlo es plantarlas en macetas, de forma que las podamos tener separadas espacialmente. Las plantas que tengan un crecimiento desproporcionado e invadan el espacio de otras plantas habrán de podarse.

Inevitablemente, también en las composiciones con elementos de agua suelen aparecer malas hierbas,  las cuales deberemos retirar periódicamente con un rastrillo o una horca.

Las plantas flotantes sombrean el agua y nos ayudan a controlar las algas, además de constituir un buen refugio para los peces y demás seres vivos que habitan en nuestro estanque. El gran problema de estas plantas es que suelen ser bastante invasivas, por lo que habrá que vigilarlas a fin de controlar su crecimiento.

Las algas, en su justa medida no son un inconveniente para los estanques, ya que a fin de cuentas no hay agua natural sin algas. El problema aparece cuando éstas se desarrollan en exceso. En estos casos, la eliminación mecánica y la aspiración nos permiten reducir su presencia. En casos extremos podremos recurrir a la lucha química y/o biológica. Un caso particular de esta última es la creación de competencia nutritiva, mediante la introducción de microorganismos o plantas acuáticas como los nenúfares.

Para mantener una buena calidad del agua es importante establecer y mantener un sistema ecológico equilibrado entre la cantidad de peces, en el caso de que los hubiera, y la cantidad y variedad de plantas.

Los aspiradores-limpiadores de estanque son una buena ayuda a la hora de realizar la labores de limpieza del estaque, pues consiguen eliminar, tanto los sedimentos como los excrementos y alimentos de peces, o el lodo que se encuentran en el fondo.