Iván M. Prado Rodríguez

El Pyrus calleryana

Con la llegada del otoño es fácil enamorarse de esos árboles y arbustos que tiñen de color esta estación. Los colores pueden variar desde los rojos, dorados, y ocres, y en el mercado, con sólo buscar un poco podréis ver que es fácil encontrar una amplia variedad de especies de carácter estacional que harán las delicias de cualquier apasionado de esta estación. Es por eso que hoy os queremos hablar del Pyrus calleryana o comúnmente conocido Peral de flor, un bello árbol caducifolio de llamativa floración primaveral y gran rusticidad. Si no lo conocéis seguro que os sorprenderá gratamente.

El Pyrus calleryana es un árbol originario de China y Vietnam que puede llegar a alcanzar los 15 m de altura. Se caracteriza por poseer un porte columnar cuando la planta es joven, que con el tiempo se hace más cónico. Su tronco principal es recto y de color grisáceo. Su copa, compacta y tupida, está constituida por hojas lisas, ovaladas y brillantes, de un intenso color verde oscuro que con la llegada del otoño se vuelven de un color anaranjado púrpura muy intenso. A principios de primavera, antes de que salgan las hojas aparecen pequeñas y numerosas flores blancas de 5 pétalos que lo cubren totalmente. En otoño, las pequeñas peras parduscas aparecen en el árbol. Estas no son comestibles, al menos para nosotros; los pájaros, en cambio, las adoran.

En el mercado se pueden encontrar distintas variedades de perales de flor, entre los que destaca el Pyrus calleryana ‘Bradford’, de porte vertical muy espeso que lo convierte en un árbol perfecto para zonas estrechas o jardines pequeños. Es la variedad más sensible a las fracturas de ramas provocadas por factores climáticos. La variedad ‘Chanticleer’ es muy similar al anterior pero presenta mayor resistencia al viento.

El peral de flor es un árbol que se utiliza cada vez más en las calles y jardines de las ciudades por su resistencia a las heladas, la contaminación y a la escasez de suelo, así como por su porte estrecho y compacto. Por razones similares, resulta perfecto para jardines pequeños. En particular, su temprana y abundante floración lo hace interesante como punto focal, siendo utilizado también en alineaciones y en grupos,  en donde la coloración de sus hojas en otoño alegran y contrastan con el resto de las plantas verdes del jardín.

Puede vivir tanto en climas cálidos como fríos, y aunque no es muy exigente en suelos, por supuesto agradece los suelos bien drenados y húmedos. Para un correcto desarrollo necesita de aportes de agua frecuentes y, por lo general, más abundantes a lo largo del verano. A la hora de ubicarlo, prefiere los lugares situados a pleno sol, pero soporta sin problemas la semisombra.

En cuanto a su mantenimiento, como en la mayoría de árboles, debemos podarlo para darle una correcta formación y saneamiento. Las podas han de ser ligeras o moderadas.

Su multiplicación se realiza por semilla y por esqueje, realizándola mediante injerto en el caso de los cultivares.

No estamos ante una especie que suela tener problemas de plagas y enfermedades, aunque en caso de padecer alguna, lo más aconsejable es acudir a un profesional que nos pueda asesorar con su experiencia y conocimientos.