Iván M. Prado Rodríguez.

El cultivo hidropónico

Aunque muchos tendemos a pensar que las plantas necesitan tierra para vivir, la verdad es que esto no es estrictamente cierto. Para vivir, las plantas necesitan los nutrientes que la tierra contiene pero no la tierra propiamente dicha. Es por esto que hoy hablaremos de cómo cultivar plantas sin tierra o, lo que es lo mismo, del cultivo hidropónico.

La hidroponía es un método de cultivo de plantas en el que se utilizan soluciones minerales en vez de suelo para proporcionar a las raíces una solución nutritiva disuelta en agua con todos los elementos químicos esenciales para el desarrollo de la planta. Es una forma sencilla, limpia y de bajo coste para producir vegetales de rápido crecimiento y generalmente ricos en elementos nutritivos.

En el hidrocultivo se sustituye la tierra por un sustrato inerte y estéril, y los nutrientes por unas resinas sintéticas de liberación lenta que la planta irá absorbiendo a medida que las necesite. De esta forma nos aseguramos de que las sustancias nutritivas estén siempre accesibles y puedan ser absorbidas por las raíces de una forma más sencilla.

Para este método de cultivo se pueden utilizar plantas provenientes de viveros especializados en hidrocultivo (aunque esto no es muy habitual), así como plantas obtenidas haciendo enraizar en agua un esqueje, o haciendo germinar una semilla en agua, o utilizando plantas cultivadas en tierra. En este último caso se recomienda utilizar únicamente plantas jóvenes y fuertes, con raíces muy finas, de forma que el paso de una forma de cultivo a otra no sea muy traumático para la planta.

Los materiales necesarios para el hidrocultivo son: el recipiente exterior, dentro del cual se introduce el recipiente de hidrocultivo; el recipiente de hidrocultivo, que normalmente suele ser una maceta de plástico con características especiales; el indicador de nivel, utilizado para controlar la cantidad de agua que hay en el recipiente exterior; el sustrato, el cual le confiere la sujeción a la planta y a su vez permite la aireación de las raíces; y por último, la solución nutritiva de la cual se toman los nutrientes.

Existen diferentes tipos de recipientes para el cultivo hidropónico, de todas las formas y tamaños imaginables, pero todos tienen en común las características del sistema de cultivo hidropónico. Este sistema esta constituido por una maceta interior que contiene la planta y el sustrato, y un recipiente contenedor adecuado para meter dentro el agua y la maceta o macetas, en el caso de que queramos agrupar varias plantas en una jardinera. La altura de las macetas interiores no es fija y puede variar entre 12 y 18 cm.

Una vez que la planta se coloca en la maceta interior, se añade el sustrato inerte de forma que cubra bien las raíces de las plantas, pero con mucho cuidado de no dañarlas. El sustrato más utilizado en hidrocultivo es la arcilla expansiva. Esta es apreciada por su elevado grado de porosidad, su gran capacidad de sujeción a pesar de su ligereza, y su resistencia a las secreciones de las raíces y a las sustancias nutritivas. Estas características la convierten en el sustrato idóneo para este tipo de cultivos.

En cuanto a los aportes nutricionales, nunca se deberá utilizar abonos diseñados para el cultivo en tierra. En el mercado existen soluciones nutritivas especiales para el cultivo hidropónico que aportan todas las sales minerales y los nutrientes que la planta necesita para un desarrollo adecuado. La cantidad de solución nutritiva a añadir nos vendrá especificada en la etiqueta del producto. Los nutrientes se deberán añadir cuando el nivel del agua esté al mínimo. Posteriormente se echará agua sobre la solución, con lo cual se favorecerá su dispersión por el fondo de la maceta.

Al inicio, la hidroponía era un arte que consistía en cultivar de manera eficiente las plantas en agua. Pero a principios del siglo pasado este tipo de cultivos empezó a evolucionar para dar lugar a técnicas eficientes y sostenibles. En los años 70, por fin se pudo demostrar que al utilizar este sistema no sólo la germinación era más rápida, sino que las plantas sufrían menos enfermedades, a la vez que conseguían desarrollarse a mayor velocidad. En la actualidad, el cultivo hidropónico en jardinería está en plena expansión. De hecho, los jardines verticales y las cubiertas ajardinadas de los edificios están habitualmente construidas con sistemas hidropónicos, lo que nos confirma que este tipo de cultivos esta cada vez más en auge.