Iván M. Prado Rodríguez

El Agapanto

Planta decorativa, rustica y alegre: el agapanto, también conocido con el nombre de “Flor del amor” o “Lirio africano”, procede del sur de África, de ahí que su nombre científico sea Agapanthus africanus. Fue introducida en Europa en el siglo XVII como planta ornamental de exterior gracias a su follaje siempre verde y sobre todo a sus bellas y grandes flores.

Se trata de una planta herbácea y perenne. Presenta un tallo corto, en torno al cual se sitúan en conjunto sus hojas acintadas, de unos treinta centímetros de longitud y uno o dos centímetros de ancho y color verde intenso. Sus flores son quizá una de sus características más distintivas, pues están constituidas por una gran sombrilla de 20 o 30 flores tubulares, sostenidas mediante un tallo de unos 25 a 50 centímetros que sobresale por encima de las hojas. Éstas aparecen desde principios de julio hasta principios de otoño y las más comunes son las de color azul, que con la edad van oscureciendo hacia tonos más púrpuras.

Aunque la mayoría de nosotros asociemos los agapantos al color azul de su flor y verde de sus hojas, existe sin embargo un buen número de otras variedades con las que nos podemos encontrar a la hora de comprarla, entre las que destacan: el Agapanthus africanus ‘Alba’, de flores blancas; el ‘Cherry Holley’, de flores azul oscuras; el ‘Ben Hope’, de flores azul oscuras y hojas verde grisáceas; y el ‘Variegatus’, cuyas hojas blancas poseen bandas de un tono verdoso. Todas ellas son muy apreciadas y utilizadas en jardinería. En el mercado también nos podemos encontrar con cultivares que poseen dos tallos de la inflorescencia por pie, y otras con flores de menor tamaño como el ‘Lilliput’.

A la hora de ubicar al agapanto en el jardín, lo mejor será buscarle una zona soleada o a semisombra, y a ser posible bastante resguardada del frío, ya que a algunas variedades no le sienta demasiado bien. Esto se puede saber viendo la forma de las hojas: las variedades con las hojas más estrechas son resistentes a las heladas, mientras que las de hojas más anchas son sólo moderadamente resistentes. En las épocas de mayor frío una buena práctica a realizar es un acolchado, con lo que ayudaremos a la planta a sobrellevar mejor las bajas temperaturas.

El agapanto es una planta resistente y vistosa, por lo que resulta muy útil a la hora de crear parterres alegres y de pocos cuidados y es frecuente verla cada vez más en ciudades. Tampoco es difícil su cultivo en maceta, por lo que es una buena opción para las terrazas pequeñas que buscan algo de color en verano.

En cuanto a su cultivo el agapanto no es una planta demasiado exigente, aunque requiere de un suelo fértil y de un riego frecuente para una buena floración. Su necesidad de agua se compensa con su utilización como planta para márgenes de estanque, en donde cubrimos sus necesidades hídricas a la perfección. Precisa de suelos permeables, por lo que no está de más añadirle al suelo algo de arena.

No es una planta muy propicia a plagas o enfermedades, aunque habrá que tener cuidado con los caracoles.

En resumen, el agapanto es una planta llamativa, vistosa y alegre que puede contribuir a dar un vistoso toque de color a nuestro jardín, especialmente si no deseamos o no disponemos de tiempo para dedicarle muchos cuidados adicionales de mantenimiento.