Iván M. Prado Rodríguez

El tulípero de Virginia

Dentro las múltiples opciones para árboles de sombra que podemos encontrar en el mercado destacan, por supuesto, las especies grandes y majestuosas. Es cierto que estos árboles no son aptos para todos los jardines, pues su porte exige de espacios amplios donde se puedan desarrollar adecuadamente, pero es evidente que son únicos dando carácter y personalidad a su entorno. Una de estas bellas especies es el Liriodendron tulipifera,comúnmente conocida como ‘Tulípero de Virginia’ por la similitud de sus hojas con la flor del tulipán. Un Árbol majestuoso y elegante, cuyas hojas en otoño adquieren una tonalidad dorada muy intensa y llamativa que lo convierte en un punto focal muy interesante

El tulipero de Virginia es una planta caducifolia originaria de Norteamérica que se caracteriza por poseer un rápido crecimiento y da lugar a ejemplares adultos de más de 30 metros de altura y 10 metros de envergadura. Estamos ante una especie muy apreciada por sus grandes y características hojas con forma de flor de tulipán. El color de éstas, habitualmente verde, adquiere un tono amarillo muy intenso con la llegada del otoño lo que lo convierte en una planta muy decorativa. A principios de primavera, cuando la planta alcanza los 12-15 años de vida, aparecen las flores en los extremos de las ramas. Éstas son grandes, de color amarillo verdoso y centro anaranjado, y muy olorosas.

Entre las variedades que nos podemos encontrar en el mercado, destacan: el Liriodendron tulipifera ‘Fastigiata’, que se caracteriza por tener porte columnar, lo que lo convierte en una buena elección si nuestro jardín no es muy grande; el Liriodendron tulipifera ‘Aureomarginatum’, de porte similar a la especie tipo pero algo más pequeño. Sus hojas se caracterizan por tener un bonito borde dorado; L. tulipifera ‘Glen Gold’ semejante al anterior pero con hojas de color dorado; y el L. tulipifera ‘Mediopictum’  cuyas hojas verdes presentan el centro dorado.

En cuanto a sus necesidades de cultivo, no estamos ante una planta que necesite de muchos cuidados específicos. No tolera la sombra pero sí la semisombra aunque, si podemos elegir, siempre optaremos por un lugar lo más soleado posible. Para un desarrollo adecuado precisa de suelos bien drenados, ricos en materia orgánica, profundos, húmedos y ligeramente ácidos.

El Liriodendron soporta sin problemas el frío, aunque los primeros años se recomienda acolchar la base del tronco con el fin de proteger las raíces. No soporta bien el calor, por lo que es muy importante regarlo de manera frecuente y abundante los meses de mayor insolación. Un síntoma claro de la falta de humedad se observa en las hojas, cuando éstas empiezan a volverse amarillas antes de tiempo.

Sus necesidades de mantenimiento son escasas, por lo que no nos dará mucho trabajo, aunque es importante recordar que no responde bien a las podas severas. En caso de querer realizarle una poda de formación, la mejor época para hacerlo será en invierno.

Su uso en jardinería es variado debido a su gran envergadura, pero es fácil verlos en parques grandes, donde su porte se puede desarrollar en toda su magnitud. Su uso en grupos o formando alineaciones, también es algo habitual. En estas agrupaciones, el color amarillo otoñal destaca con fuerza. Por desgracia, el tulipero de Virginia no soporta la contaminación, de ahí que no sea común en las calles de las ciudades.