Iván M. Prado Rodríguez

El momificado de frutos

Hoy hablaremos de momificado de frutos o Monilia (Monilia sp.), una enfermedad muy habitual de los árboles frutales provocada por el hongo Monilia sp. queafecta tanto a los frutales de pepita como a los frutales de hueso. Su síntoma más característico es la producción de podredumbres en los frutos, por lo que es, en general, una enfermedad fácil de detectar.

El momificado de frutos puede provocar daños en las ramas, las flores y los frutos del árbol frutal infectado. Su puerta de entrada más habitual son las flores. Estas se infectan en primavera y desde ellas la infección se extiende posteriormente a las ramas y de allí al resto de la planta.

El hongo penetra en los frutos a través de alguna herida y, una vez en ellos, empieza a provocar daños progresivos. Estos son fáciles de identificar por su sintomatología tan característica. Al inicio, sobre los frutos se empiezan a desarrollar manchas blandas de color marrón que van ocupando toda la superficie de los mismos. Sobre estas manchas marrones aparecen las fructificaciones del hongo patógeno: unas pequeñas pústulas de color blanquecino. Al final los frutos se pudren y se arrugan hasta quedarse secos, adquiriendo un aspecto similar al de un fruto momificado.  Si os fijáis bien observareis algún frutal con los frutos momificados y secos colgando de sus ramas durante todo el invierno. Esto, que suele ser habitual, no debería ocurrir, ya que estos frutos pasan a ser ahora los siguientes focos de infección. Por el contrario, deberíamos retirarlos del árbol y quemarlos.

La severidad de esta enfermedad varía con las condiciones climáticas del año, pues su propagación está vinculada, como en el caso de todos los hongos, a las oscilaciones de temperatura en el momento de mayor actividad vegetativa del árbol. El ambiente húmedo provocado por lluvias prolongadas, rocío intensivo, niebla y temperaturas superiores a los 15 ºC que se registran en los periodos de sensibilidad extrema del fruto, suponen las condiciones óptimas para el establecimiento de la monilia.

Algo que debemos tener en cuenta a la hora de controlar y prevenir esta enfermedad es que el hongo inverna en los frutos momificados del año anterior, pero sobre todo en los brotes secos que permanecen en las plantas. Por esta razón las podas que se realicen en ellas sirven de limpieza de brotes afectados. En el momento de realizarlas es muy importante desinfectar, entre planta y planta, las herramientas que se utilicen, pues estas son un vehículo muy importante de transmisión de enfermedades. Posteriormente recogeremos y quemaremos todas las partes atacadas y desecadas que hayamos quitado mediante la poda, haciendo lo mismo con  las hojas y los frutos que hayan caído al suelo.

A la hora de regar las plantas evitaremos mojar la copa. El riego por aspersión no es lo más recomendable para las especies más sensibles. Asimismo, respetaremos las distancias de plantación mínimas recomendables de forma que aseguremos una correcta aireación entre plantas y se reduzca la probabilidad de un contagio masivo.

Si nuestras plantas ya han sufrido esta enfermedad con anterioridad, lo mejor que podemos recomendar es realizar las operaciones anteriores y efectuar tratamientos con fungicidas preventivos mientras las condiciones atmosféricas sean favorables a la reproducción del hongo. El control químico se centrará en la protección de los racimos de flor, que son los primeros órganos atacados, y así evitaremos la infección de flores, la formación de chancros y las reinfecciones. La infección de las flores se puede controlar por medio de un tratamiento con fungicidas preventivos, a la caída de los primeros pétalos. La lucha química para control del moteado suele ser suficiente para controlar, a su vez, la monilia. En variedades sensibles se puede realizar otro tratamiento, en verano, para proteger los frutos; al igual que haremos en el caso de que caiga una granizada.

El efecto combinado de las podas y los tratamientos preventivos nos ayudará a conseguir tener controlada esta enfermedad en nuestro jardín.