Iván M. Prado Rodríguez

El escarificado

El césped es posiblemente una de los elementos que más destacan en el jardín. Su textura, frescor y belleza color aportan color y amplitud. Además, suelen ser nuestros sitios preferidos para practicar la mayoría de actividades que nos gusta realizar al aire libre: los juegos, las celebraciones varias, el ejercicio deportivo o las actividades de relax, entre otras.

Pero para que un césped esté sano, ha de tener un mantenimiento adecuado y continuo que le asegure un buen aspecto, un tacto suave y agradable y un elevado valor ornamental. Las tareas habituales de mantenimiento, como la siega a la altura adecuada, un riego ajustado a sus necesidades y un abonado equilibrado, junto con otras tareas de carácter complementario realizadas de forma esporádica, nos ayudarán a conseguirlo.

Una de estas labores complementarias, precisamente, es el escarificado, una tarea imprescindible para los céspedes viejos, los situados en zonas umbrías o aquellos que no lleven mucho tiempo instalados pero tengan un mantenimiento defectuoso o estén constituidos por especies cespitosas estoloníferas (especies que se reproducen mediante tallos rastreros).

En estos céspedes es habitual observar un problema muy común que consiste en la formación de una capa de musgo y restos vegetales entremezclados sobre la superficie del suelo que comúnmente suele recibir el nombre de fieltro. Una cierta cantidad de fieltro, de 1 cm más o menos, resulta beneficiosa ya que reduce la evaporación y protege el césped del desgaste. Pero en cantidades excesivas, la capa se vuelve densa y gruesa, y constituye una barrera que dificulta la entrada del agua y del aire en el terreno, además de aportar al césped un aspecto tosco, abandonado y poco agradable al tacto. La eliminación de esta capa facilita la aireación y evita interferencia en el drenaje del agua, además de estimular el desarrollo del césped, dando como resultado un césped sano y vigoroso.

Para realizar el escarificado se recurre, dependiendo de la extensión del terreno, a máquinas o herramientas de mano, con las cuales se extrae los restos que se acumulan en la base de la superficie cespitosa. El escarificado a mano se realiza rastrillando el césped vigorosamente. Se trata de un trabajo agotador, por lo que dependiendo de la superficie podría valer la pena alquilar un escarificador mecánico. Lo más acertado es escarificar en dos direcciones, una a 90º de la otra, con lo que conseguiremos una mayor eliminación de la capa de fieltro.

Las máquinas de escarificado mecánico o escarificadoras, son aparatos de aspecto similar a los cortacéspedes pero con unas cuchillas más lisas y fuertes, que van dispuestas verticalmente y no suelen tener más de 10 o 15 cm de la longitud, pues sólo se utilizan para llegar al fieltro.

El escarificado es una operación pensada para realizar en épocas de humedad, ya que esta labor vuelve al césped más vulnerable a la sequía. Una buena época para realizarla es a principios de otoño o en primavera, cuando las temperaturas cálidas y la humedad ambiental permiten al césped recuperarse rápido. El aspecto resultante de una superficie escarificada es bastante impactante, por lo que es recomendable realizar la operación durante una época en que no vayamos a hacer mucho uso del césped.

Antes de empezar con el escarificado segaremos el césped lo más corto posible. Si lo que tenemos en nuestro césped es una presencia elevada de musgo, lo más recomendable es aplicar un antimusgo dos semanas antes de la operación, para evitar que se extienda a otras zonas.

A veces, si la capa de fieltro es densa, es fácil observar restos de residuos en la superficie del césped, por lo que será necesario recogerlos. Estos se suelen recoger con facilidad y no tienden a dar muchos quebraderos de cabeza.

Posteriormente, después de un escarificado es recomendable realizar una resiembra de césped, a base de especies cespitosas de rápida instalación (Lolium perenne) lo que repercutirá en una rápida recuperación, devolviendo belleza, calidad y color a nuestra superficie cespitosa.