Iván M. Prado Rodríguez

El Perejil

Cualquier cocinero que se precie siempre ha de contar con un poco de perejil en su cocina. El perejil no es un condimento difícil de conseguir, ya que en las fruterías o en el super se encuentra con facilidad, pero desde aquí creemos que es mucho más cómodo cultivarlo uno mismo. Su facilidad de cultivo es la principal razón de que os animemos a hacerlo. Ya veréis que útil resulta poder contar en todo momento con un poco de perejil fresco en casa. Vuestro paladar y vuestros comensales os lo agradecerán, eso os lo aseguramos.

El Perejil (Petroselinum spp.), es un género que comprende dos especies herbáceas bianuales: el Petroselinum hortense conocido como perejil común, y el Petroselinum crispum, comúnmente llamado perejil rizado. Ambas son plantas muy utilizadas en la cocina como condimento, y de modo muy habitual en la gastronomía de Europa, América y Oriente medio. Originario de la cuenca mediterránea, actualmente el perejil se encuentra naturalizado en gran parte de Europa y Asía menor. No obstante, su cultivo para fines culinarios se realiza en prácticamente todo el mundo.

Aunque tarda en instalarse, su rápido crecimiento compensa la espera de las primeras semanas. Presenta un porte vigoroso, con tallos verticales que constituyen una roseta alrededor del cuello de la raíz, y pueden llegar a alcanzar el metro de altura. Los tallos son macizos y angulosos. Las hojas, de largos peciolos, constituyen una mata densa, y son anchas, lisas, muy aromáticas, profundamente lobuladas y con los bordes dentados. Estas, al igual que los tallos, son de un bello color verde oscuro intenso. En el periodo estival del segundo año aparecen las pequeñas flores, blancas o amarillentas, que se reúnen en umbelas.

El perejil es una planta muy rústica, que se puede cultivar en un gran rango de climas y suelos diferentes. Resiste el frío, pero agradece los climas cálidos. De poder elegir, la cultivaremos en un suelo fértil, suelto y bien drenado, en donde no le falte el agua, y  a ser posible esté resguardado del sol directo y muy intenso, sobre todo en verano.

Se recomienda abonarlo al inicio del cultivo con abono orgánico, tipo humus o compost. Esto mejorará su vigor y reforzará su el color. Posteriormente, durante la época de crecimiento, abonaremos ligeramente la planta una vez al mes con un fertilizante rico en nitrógeno y micronutrientes.

A pesar de ser una planta bienal, se suele cultivar como anual, ya que su principal interés es ser utilizada en la cocina, en donde sus tallos y hojas son los protagonistas. No obstante, es habitual que se deje completar el ciclo cuando nos interese conseguir las semillas.

Las hojas las podemos cosechar en cualquier momento pues el perejil rebrota con vigor si está bien cultivado. Estas se deben cortan con una tijera o cuchillo afilado, casi a ras de suelo pero sin arrancar la raíz.

Se reproduce por semillas, que se pueden sembrar en cualquier época del año, aunque lo más recomendable es hacerlo entre principios de primavera e inicios del verano, de forma que tengamos perejil durante todo el año. Las semillas tardan mucho en germinar (4 semanas, más o menos), así que no os desaniméis. Lo mejor es realizar la siembra directa en el lugar de cultivo, ya que no tolera bien el trasplante.

Su cultivo en maceta no da problemas, por lo que es una opción a considerar si no disponéis de un jardín o una huerta.

Si tenéis la fortuna de tener un jardín, no dudéis en plantarlo a los pies de un árbol, para que lo proteja del sol intenso. Si lo cuidáis bien no sólo tendréis un aliado más en la cocina, sin no que también contareis con una bella alfombra verde muy decorativa.