Iván M. Prado Rodríguez

Los arces

Los arces (Acer spp.) engloban un amplio grupo de especies de árboles y arbustos de hoja caduca, entre las que podemos encontrar una gran variedad de tamaños, colores y portes diferentes. Posiblemente lo más llamativo de estas plantas sean sus hojas. En el mercado es fácil encontrar un gran surtido de formas, tipos y tonalidades con un marcado carácter estacional que dan lugar a un espectacular festival de color en otoño.

En general, todos los arces se caracterizan por constituir una copa ramificada, regular y generalmente redondeada. Tanto las ramas como las hojas se disponen de manera opuesta, es decir, crecen de dos en dos, formando dos direcciones contrarias. Sus frutos también son muy característicos: una sámara con un ala membranosa que siempre suele ir dispuesta por pares hace a todos los arces inconfundibles frente a otras especies con hojas de formas similares.

Las hojas son generalmente lobuladas, en forma de palma, pero las diferentes especies varían en la forma de los foliolos. De hecho, incluso existen arces sin hojas lobuladas. Podemos encontrar especies con hojas muy pequeñas y simples, como las del Acer campestre, hasta hojas de gran tamaño y compuestas como las del Acer negundo.

El género Acer se distribuye de forma natural por el hemisferio norte, en donde se localizan las tres grandes regiones de las que provienen todos los arces que se utilizan en jardinería, y que incluyen también los que han dado lugar al resto de las variedades que se comercializan actualmente. Las tres grandes zonas son: Norteamérica, Europa y el este asiático, en donde destaca con fuerza Japón.

Entre las distintas especies para jardinería que nos podemos encontrar en el mercado, destacan:

– Los arces japoneses: un bello y llamativo grupo que se caracteriza por estar constituido por especies de pequeño tamaño, muchas de ellas de porte arbustivo. Sin duda alguna los A. palmatum son los más apreciados por su valor decorativo. Plantas de gran elegancia, destacan especialmente por el color de sus hojas a lo largo de las estaciones, desde el verde o el rojo púrpura primaveral hasta el rojo brillante o naranja otoñal. La gran variedad de tonos y colores que podemos encontrar van desde el verde claro hasta el rojo púrpura. La variedad ‘Disectum’ destaca por las hojas profundamente hendidas, lo que le añade un toque de delicadeza muy decorativo; El A. japonicum es una especie similar a la anterior, aunque de mayor tamaño.

– Los arces americanos: en donde destacan especies muy utilizadas en parques y jardines de mayor tamaño. En general, son arboles de gran porte que presentan una copa frondosa y elegante. Los más utilizados en jardinería son: el A. negundo, de rápido crecimiento, y con buen comportamiento en ciudades, que se caracteriza por poseer hojas compuestas por tres o cinco foliolos en vez de palmeadas; el A. rubrum y el A. sacharum, de menor tamaño que el anterior pero con espectaculares coloraciones otoñales, y que son dos especies muy utilizadas para las alineaciones de las calles o en plazas pequeñas, donde su carácter estacional aporta vida al lugar.

– Los arces europeos: entre los que podemos encontrar especies de gran desarrollo, como es el caso de A. pseudoplatanus o el A. platanoides. Ambas especies son perfectas para parques urbanos debido a su gran resistencia a la contaminación. El A.platanoides ‘Crimson King’, destaca por sus hojas en color granate. El A. campestre, es por el contrario, un pequeño arbolito de hojas pequeñas y discretas. Se suele utilizar como seto por su gran resistencia a la poda. Al contrario que los dos grupos anteriores, los arces europeos tienden a presentar tonalidades amarillas o doradas en otoño, lo que los convierte es especies perfectas para combinar con otras tipos de arces.

Los arces pueden ser plantados en casi cualquier lugar, siempre que cuenten con algo de humedad y suficiente materia orgánica. Prefieren suelos ácidos, aunque algunas especies pueden crecer bien en suelos calcáreos. Las especies de pequeño porte, como son los Acer palmatum, puede cultivarse en maceta, aunque se recomienda hacerlo siempre en recipientes de barro o terracota. Este material conserva fresca la temperatura del sustrato, lo que repercutirá beneficiosamente en nuestra planta, sobre todo los días calurosos de verano.

Al ser un grupo tan grande, es raro no encontrar un arce adecuado para un lugar determinado. Existen especies de arces perfectas para parques y jardines de todos los tamaños. Podemos optar por especies de sombra o por especies con un tono de hoja o un vistoso efecto otoñal, muy útiles para utilizar como punto focal o para dar color a ciertas zonas del jardín. Las especies de pequeño porte son las más recomendadas para las terrazas, en donde su estilizada figura y su gran versatilidad harán las delicias de cualquiera.