Iván M. Prado Rodríguez

Las plantas tapizantes

El mundo del jardín es amplio y diverso, en donde todos los apasionados de la jardinería suelen encontrar el estilo que mejor se adapta a ellos. Es por eso que hoy os quiero hablar de las plantas tapizantes. Estas constituyen un amplio grupo de plantas de gran interés y ayuda para el jardín. Son especialmente interesantes si lo que buscáis es crear un jardín acogedor y arreglado pero con poco mantenimiento y con pocas necesidades de agua. Un jardín en donde el color permanezca todo el año, y que a ser posible se vaya matizando con el paso de las estaciones. Si sois de este tipo de personas, las plantas tapizantes son vuestras  grandes aliadas. En el mercado se puede encontrar una extensa gama de estas maravillosas, bonitas, prácticas y decorativas plantas que se ajustarán a vuestros deseos.

Las plantas tapizantes, cubresuelos o rastreras, son aquellas especies que se desarrollan a lo ancho, pero no a lo alto. Pueden llegar a cubrir una gran superficie de suelo. Sus tallos alargados se entrecruzan, dando lugar a un precioso manto vegetal, tupido y muy decorativo. Se pueden utilizar para constituir zonas de contraste con el resto del jardín, usando una combinación de plantas tapizantes de distintos colores, formas y texturas, o como un enlace entre las diferentes zonas del jardín.

A la hora de plantarlas, tendremos que preparar el terreno, eliminando toda la vegetación innecesaria. Posteriormente se recomienda instalar una malla antihierba. Es cierto que cuando este tipo de plantas están bien establecidas, evitarán en gran medida la aparición de malas hierbas. El problema es que hasta que estas plantas no alcancen un tamaño más o menos importante, si no se pone una barrera que impida la implantación y crecimiento de otras plantas, es casi seguro que plantas que no deseamos se adueñarán de la zona a cubrir, con lo que el mantenimiento de esta zona se incrementaría bastante.

Las plantas tapizantes son perfectas para cubrir zonas de difícil mantenimiento, como taludes de una considerable pendiente o superficies irregulares. En estas ubicaciones no sólo nos solucionan el problema del mantenimiento, sino que además aportan consistencia al terreno, reducen la erosión y retienen la humedad. También son muy útiles para cubrir grandes extensiones, o para un pequeño rincón apagado en donde no sabemos qué poner. Las hay que aguantan a pleno sol y otras que no lo soportan pero que son perfectas para zonas umbrías o para situar debajo de los árboles.

En senderos hechos a base de losas de piedra o adoquines aportan un toque cálido y acogedor. Otro uso muy habitual es en rocallas o en aquellas zona del jardín en donde la tierra es pobre y apenas se desarrollan otro tipo de plantas.

A la hora de elegir las plantas tapizantes que vamos a plantar tenemos que pensar dónde las vamos a situar. Si se van a ubicar en una zona de paso, tenemos que elegir especies que toleren el pisoteo. Otros factores a tener en cuenta son su vigorosidad, su aspecto, si son perennes o no, su tolerancia o no a la luz solar directa y su rusticidad en cuanto a las temperaturas y la falta o el exceso del agua. Se recomienda elegir especies fáciles de mantener, que precisen sólo una poda y abonado al año, que tengan un follaje interesante y atractivo, además de flores y frutos.

Entre las múltiples especies que podemos encontrar, destacan:

El romero rastrero, la lavanda, o los distintos tipos de tomillo, todas ellas plantas demandantes de luz solar directa que llegan a formar cubiertas tupidas, de agradable aroma y buena resistencia a la sequía. Otra buena opción son los sedun, el parahebe, phlox, o los brezos de pequeño porte, perfectos para rocallas o zonas con escasa profundidad de suelo.

En taludes inclinados y zonas de difícil mantenimiento, lo más recomendable es utilizar plantas del estilo del Hypericum calycinum, con luminosas flores amarillas de junio a octubre, el Cotoneaster dammeri, con pequeñas flores blancas en primavera y frutos rojos en invierno, la Vinca minor, de pequeñas flores malvas en primavera-verano, o los enebros rastreros, de una gran variedad de tonalidades foliares. El porte bajo y extendido de estas plantas, unido con su ramaje tupido y rápido crecimiento, las hacen perfectas para este tipos de lugares.

Entre las plantas tapizantes que se desarrollan bien a la sombra semisombra, destacan las hiedras, las hostas, la Fatsia japonica, o las campanulas, todas muy bellas y con variedades en distintos tonos foliares, lo que nos ofrece un gran abanico de opciones.