Iván M. Prado Rodríguez.

Plantas de invierno para el jardín.

Con la llegada del invierno, la mayor parte de los jardines y terrazas pierden color e interés. En gran medida, el frío, el viento y la humedad típica de esta época del año son los grandes culpables, aunque no debemos de olvidar que otra gran razón de peso es una mala elección de especies. Esto, unido a las pocas horas de sol que durante el invierno tenemos contribuye a que nuestras zonas verdes preferidas, presenten colores apagados y árboles y arbustos desnudos, lo cual por lo general no invita mucho a adentrase en ellos.

Es importante recordar que el jardín es un ecosistema vivo, lleno de transformaciones y colores que se van sucediendo con el paso de las estaciones. El invierno, aunque aparentemente triste y lúgubre, puede traer asociados colores intensos y penetrantes. Es cierto que el frío perjudica a muchas plantas, y otras muchas parecen caer en un sueño profundo con su gélido beso. Pero existen especies que no sólo son muy resistentes sino que además aportan color, estructura y personalidad al jardín. Este tipo de plantas suele pasar a un segundo plano en verano, pero en invierno se convierten en las protagonistas indiscutibles del jardín, por lo que está en nuestra mano modificar los tonos sombríos que anuncian la llegada del invierno, y transformar nuestro lúgubre y triste jardín, en un lugar alegre y lleno de color.

A la hora de elegir las plantas, debemos fijarnos en el color de su tronco, el color de sus ramas, la tonalidad que adquieren las hojas con el paso de las estaciones o en cómo será su fructificación, tanto en color como en forma. Es importante saber cómo se comportarán esas plantas durante todo el año. Una vez las hayamos elegido, tendremos que pensar en qué ubicación les daremos. Esto que en principio parece sencillo puede ser lo más decisivo del jardín, ya que una combinación y situación adecuada de nuestras plantas aportará y mantendrá la luminosidad durante todo el año. Las especies que destaquen en un único momento del año conviene asociarlas a otros árboles o arbustos para que tomen el relevo, de forma que el interés no decaiga durante todo el año.

Entre las plantas más coloridas y reseñables que nos podemos encontrar en esta temporada, destacan:

La nandina (Nandina domestica), de porte estilizado y elegante, y hojas de color verde intenso en primavera que en otoño se matizan de rosa para volverse de color rojo intenso en invierno. La variedad ‘Fire Power’ es más compacta que la anterior. Puede situarse aislada o en grupos formando manchas o setos no muy altos. Se cultiva bien en macetas y jardineras.

La skimmia (Skimmia japonica), de hojas en color verde oscuro y tupidos ramilletes de bayas rojas que duran varios meses en la planta. Puede cultivarse tanto en maceta como en el jardín.

El leucothoe (Leucothoe axilaris ‘Scarletta’), cuyas hojas bronceadas adquieren un bello color púrpura con la llegada de las bajas temperaturas. Utilizada en grupos, aporta un contraste muy interesante en el jardín.

El cotoneaster, del que cualquiera de sus especies es siempre una buena elección. Tanto las de porte rastrero (C. horizontalis, C. dammeri) para cubrir taludes y pendientes imposibles, como las de porte erecto (C. lacteus, C. franchetii) para setos, en grupos o utilizado de forma aislada. De pequeñas flores blancas durante las etapas más cálidas, produce frutos circulares de colores rojizos y anaranjados que se mantendrán con color durante todo el invierno.

La mahonia (Mahonia x Media), arbusto de tamaño medio, de hojas lanceoladas y dentadas de color verde oscuro. Sobresale en invierno cuando luce sus racimos de flores amarillas. Se suele utilizar aislado.

El brezo (Erica x Darleyensis), de alegre floración en diversas tonalidades desde noviembre hasta mayo, que contrasta con el intenso verde de sus tallos. Es un arbusto pequeño que utilizado en grupos, llena de matices el entorno. Es perfecto para rocallas.

A mayores de estas especies que acabamos de destacar en el mercado se pueden encontrar un gran abanico de opciones alternativas. Existen otras muchas especies que aportan color e interés al jardín, entre ellas, por ejemplo, podemos destacar al grupo de las coníferas, lleno de multitud de tonalidades, formas y tamaños. Otra opción para los más necesitados en color es recurrir a plantas de temporada propias de esta época, como el cyclamen, los pensamientos y las violas, las cuales nos darán color y alegría hasta bien entrada la primavera.