Iván M. Prado Rodríguez
El ciclamen.
Con la llegada del otoño, los aficionados a la jardinería siempre nos preguntamos cómo darle colorido a nuestro jardín o a nuestro hogar, qué especies emplear, cuándo debemos plantarlas, o cómo debemos de cuidarlas, ya que entramos en una etapa del año distinta en la que la gente piensa comúnmente que no hay plantas que nos pueda ofrecer colorido en esta época.
Una de esas especies que nos van a hacer cambiar de opinión y que es de las más empleadas desde el otoño hasta la primavera es el Cyclamen persicum, también conocido como Violeta de Persia o Ciclamen; es de las más utilizadas ya que durante el otoño e invierno no hay demasiada variedad en cuanto a flores. Dentro de esta especie podemos contar con variedades distintas que diferenciamos por el tamaño o por el color de sus flores, podemos ir desde tonalidades blancas, rosadas hasta escarlata.
La planta en sí es un tubérculo y, por lo tanto, es una planta que puede durar varios años, ya que fuera de la época de floración se mantiene en reposo, eso sí, siempre que se mantengan unas condiciones adecuadas en su entorno. Su época de floración natural es en invierno aunque actualmente podemos disfrutar de ellos ya floridos desde el otoño gracias a las modernas técnicas que se emplean en los invernaderos. Como tubérculo, permanece en estado de reposo durante el verano y comienza a brotar con el descenso de las temperaturas y el inicio de las lluvias en otoño o en invierno.
Son plantas que podemos cultivar tanto en exterior como en interior. En zonas de interior cabe destacar que su duración es más corta porque se presupone una mayor temperatura dentro de nuestro hogar, es por ello que a la hora de elegir una ubicación para nuestros ciclámenes tendremos que buscarle un sitio lo más fresco posible, orientado al norte, próximo a una ventana donde pueda recibir una buena iluminación y evitando tenerlos expuestos a fuentes de calor directo, como estufas, de esta forma podremos disfrutar de ellos el máximo tiempo posible.
En zonas de exterior, el ciclamen necesita ser ubicado en zonas de semi sombra o sombra total, debe evitar la exposición directa y continuada a la luz del sol.
Una vez termine la floración, debemos de retirar sus hojas para que el tallo se desprenda del bulbo y también debemos cambiarles la tierra, poniéndoles una mezcla de turba y tierra abonada para que quede esponjosa.
En cuanto a sus cuidados debemos destacar que: es muy recomendable realizar riegos por inmersión o desde abajo, básicamente porque sus hojas y flores son delicadas a los riegos desde arriba, y no volver a regar más hasta que no vuelva a estar casi seca, esto es debido a que demasiados riegos podrían pudrir el bulbo del ciclamen; es recomendable aportar un abono rico en nitratos y potasio una vez al mes, el primero ayuda al desarrollo de las hojas mientras que el segundo es importante para la calidad de la floración; también es conveniente mantener el suelo bien aireado.