Los Setos

Iván M. Prado Rodríguez.

Los setos constituyen una forma económica y natural de trazar límites, proporcionar abrigo, reducir el ruido que nos llega del exterior y proteger el jardín. Su contorno natural resulta menos frío que el de un muro o valla, y pueden podarse formalmente o dejarse crecer de una manera libre para dar un carácter personal al jardín. Tardan tiempo en establecerse pero vale la pena la espera porque una vez desarrollados nuestro jardín gana en encanto, intimidad y color.

Para realizar un seto se pueden utilizar una amplia cantidad de plantas de tamaños, colores y texturas distintas caducas o perennes, formales e informales, con flores y frutos. A la hora de decantarnos por un tipo u otro de seto, hemos de tener en cuenta que el estilo del seto ha de ser igual al estilo del jardín: en un entorno formal, lo más adecuado suele ser un seto sólido y recortado a precisión, mientras que un jardín de aspecto más informal, un seto abierto realizado con arbustos florales como los rosales, hibiscos o  Forsythia dan color y forma al jardín.

Los setos de bajo crecimiento son perfectos para enmarcar parterres, zonas de huerta o caminos, cerca del nivel del suelo. Normalmente se recortan a una altura comprendida entre los 15 y 50 cm y pueden ser tanto de flores como de especies perennifolias. La lavanda o el Berberis tumbergii ‘Atropurpurea’ son especies muy interesantes y decorativas. El boj suele, por el contrario, utilizarse para setos bajos clásicos y formales.

A la hora de elegir las especies, además del carácter formal e informal que puedan tener, también es muy importante decidir si lo deseamos realizar con especies de hojas caducas o con especies de hojas perennes. Los setos de especies perennifolias, como el leylandi, el acebo, el laurel o la fotinia, entre otros, no sólo son útiles para delimitar zonas sino que además resultan unos cortavientos muy eficaces. Las especies caducifolias presentan su mejor aspecto durante el verano, aunque su armazón constituido por ramas sigue sirviendo de límite espacial y visual durante el invierno.

La mezcla de especies perennes y caducas proporciona un contrafondo interesante y cambiante a lo largo del año. Las especies utilizadas deben tener un crecimiento similar, de forma que se evite la dominancia de las especies de crecimiento excesivamente vigoroso.

A la hora de establecer un seto, debemos tener en cuenta que el precio de la planta suele estar directamente relacionado con su tamaño, su velocidad de crecimiento y su facilidad o dificultad de cultivo. Las plantas a raíz desnuda que sólo pueden plantarse durante el invierno, y que normalmente son de menor tamaño, son mucho más baratas que las plantas que vienen en contenedor y pueden plantarse en cualquier época del año.

Los setos constituyen un elemento permanente del jardín, por lo que la preparación del terreno antes de plantarlo junto con la fertilización del suelo cada primavera, es un aspecto muy importante a tener en cuenta. La anchura del suelo preparado necesario será de 0,5 a 1 m. El espaciado entre plantas depende de la especie que se elija pero varía entre los 0,3 y 0,8 cm.