Iván M. Prado Rodríguez
La azalea.
La azalea es una planta de la cual existen unas 800 especies, que pueden ser tanto arbustivas como arbóreas, de hojas perennes o caducas y lo más llamativo de ellas es la gran variedad de colores vivos que tiene. Existen variedades resistentes que se pueden cultivar en el exterior y otras adecuadas para el interior. El follaje suele ser compacto y está formado por hojas pequeñas y ovaladas. Las flores, simples o dobles, se desarrollan en el extremo de las ramas.
Su ubicación en el exterior suele ser debajo de árboles ya que de esta manera estaría protegida del sol directo. En el interior la colocaremos en una zona donde reciba abundante luz ya que en lugares umbríos no se desarrolla bien. Es importante mantenerla alejada de la calefacción y en un lugar bien ventilado, si la podemos colocar en una habitación con una temperatura entre 7 y 13 ºC, mejor.
El sustrato debe ser ácido, con un pH aproximadamente entre 5 y 6. Crecerá bien en una mezcla de turba, tierra de brezo y arena. Este sustrato debe de estar siempre ligeramente húmedo. En caso de tener ejemplares adultos no es necesario un cambio de tiesto, se conforman con renovar la capa superficial del sustrato cada primavera. Esta labor la realizaremos después de la floración.
Les encanta la humedad, durante la floración debe estar continuamente húmeda, mientras que en el resto del tiempo el riego debe de ser menos abundante. Las cultivadas en tiestos se deben regar de vez en cuando por inmersión, sumergiendo el tiesto en un cubo de agua y luego dejando que escurra; este método es muy bueno en caso de habernos olvidado de regar varios días o también en caso de estar la planta mustia
Durante el desarrollo de las plantas, y sobre todo las cultivadas en tiestos, conviene añadir al agua de riego (más o menos cada quince días) un abono complejo de reacción ácida.
Después de la floración quitaremos todos los vástagos de flores muertas y cualquier tallo, hojas o ramas estropeadas. La poda severa de estas plantas podría ser perjudicial para la floración del año siguiente.
La multiplicación más sencilla suele ser por acodo para las azaleas de exterior. Consiste en hacer arraigar una rama sin separarla de la propia planta. En verano se puede tomar esquejes semileñosos de 5 a 8 cm. Se ponen a enraizar en turba mezclada con arena en un lugar resguardado y sombrío.
Las enfermedades más comunes suelen ser ocasionadas por hongos provocando secamiento, marchitez o podredumbre, se corrige eliminando las partes afectadas o secas, procurando no mojar las hojas ni flores y aplicando un fungicida.
Las plagas que más le afectan suelen ser la araña roja, los trips o moscas blancas, utilizaremos insecticidas específicos para cada uno de ellos.
Otras veces podemos llegar a encontrar las hojas de las azaleas con una tonalidad amarilla, esto puede ser debido a la escasez de hierro en el sustrato, esta carencia se le denomina clorosis férrica que la solemos encontrar en otras plantas como pueden ser las camelias, en el caso de tenerla, le aplicaremos un fertilizante con quelato de hierro.
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